Ya os presenté a Patricia Seijo, mi alter ego fotográfico que se encuentra detrás de PSeijoFoto y que es compañera de carrera y de aventuras. Nuestras cámaras y amor por la fotografía han ido creciendo prácticamente a la par hasta que ella se ha profesionalizado y me ha dejado un poquito a la zaga ¡pero yo le sigo el ritmo!.
En una de nuestras últimas quedadas fotográficas decidimos irnos a los invernaderos delJardín Botánico de Madrid y sin proponérnoslo, vinimos las dos de rojo, que al ser color complementario del verde suele ir muy buen en sesiones "de naturaleza", y de esta quedada salió una sesión que son en realidad dos y que me resultan un ejercicio fotográfico muy bonito, porque es la misma sesión desde dos ojos distintos. Lejos de salir fotografías "iguales", mi sesión de ella y su sesión de mi son radicalmente distintas, por las diferencias inherentes que hay entre nosotras (ella es nívea, versión bolsillo y risueña y yo me vine en plan intensa latina) y más allá de las diferencias físicas, por cómo nos desenvolvemos como fotógrafas.
Es cierto que tenemos un estilo fotográfico muy parecido porque empezamos juntas y bebemos de las mismas fuentes de inspiración, pero poner estas fotos juntas ponen de manifiesto cómo nuestros ojos se diferencian y cómo dentro de estas diferencias, ambos captamos a la otra desde un cariño que viene de muuuuuy largo y que hace "amable" el ojo.
Y sin enrollarme más, aquí os dejo a dos amigas y sus juegos de verano en Madrid.
En una de nuestras últimas quedadas fotográficas decidimos irnos a los invernaderos delJardín Botánico de Madrid y sin proponérnoslo, vinimos las dos de rojo, que al ser color complementario del verde suele ir muy buen en sesiones "de naturaleza", y de esta quedada salió una sesión que son en realidad dos y que me resultan un ejercicio fotográfico muy bonito, porque es la misma sesión desde dos ojos distintos. Lejos de salir fotografías "iguales", mi sesión de ella y su sesión de mi son radicalmente distintas, por las diferencias inherentes que hay entre nosotras (ella es nívea, versión bolsillo y risueña y yo me vine en plan intensa latina) y más allá de las diferencias físicas, por cómo nos desenvolvemos como fotógrafas.
Es cierto que tenemos un estilo fotográfico muy parecido porque empezamos juntas y bebemos de las mismas fuentes de inspiración, pero poner estas fotos juntas ponen de manifiesto cómo nuestros ojos se diferencian y cómo dentro de estas diferencias, ambos captamos a la otra desde un cariño que viene de muuuuuy largo y que hace "amable" el ojo.
Y sin enrollarme más, aquí os dejo a dos amigas y sus juegos de verano en Madrid.